Mi experiencia en el Taller de Agricultura Orgánica y Microbiología de Suelos organizado por Agricultura Regenerativa

DSC_0879_smallEl pasado mes de junio tuve la suerte de poder asistir al Taller de Agricultura Orgánica y Microbiología de Suelos que se celebró entre los días 21 y 23 en la Residencia Los Robles en Villasante, en el Valle de Mena (Burgos). Esta Residencia realiza un trabajo social tremendo, y su maravillosa entrega y hospitalidad proporcionaron el marco perfecto para este taller, organizado por Agricultura Regenerativa Ibérica, una red que lleva varios años trabajando duro para acercar a nuestras latitudes a un grupo de expertos procedentes de todo el mundo de los que no mucha gente ha oído hablar (no suelen salir en la televisión), pero que a través de internet y del boca a oreja están iniciando una revolución pacífica y silenciosa en la agricultura. Esta nueva —y a la vez vieja— agricultura es ya un medio de vida digno para miles de agricultores y ganaderos de todo el mundo, una fuente de salud para muchos consumidores, y un soplo rejuvenecedor para este maltratado planeta. Sin sustancias tóxicas, sin experimentos de biotecnología de consecuencias desconocidas, y sin monopolios ni grandes multinacionales.

El taller al que asistí formaba parte de una amplia gira de casi un mes de duración en la que los profesores de agronomía Jairo Restrepo y Nacho Simón visitaron varias ciudades de la península ibérica siguiendo un apretado calendario de charlas gratuitas, mesas redondas, y cursos. Aunque hacía un tiempo que conocía la actividad de la organización y a algunos de sus integrantes (Darren Doherty y Joel Salatin), en el pasado me había centrado más en el manejo holístico y las granjas polifacéticas, y desconocía por completo la actividad de Jairo y Nacho. Así que acudí a este curso con mucho interés, mucha ilusión por aprender cosas nuevas, y sin saber lo que me esperaba. Pues bien, mis expectativas se cumplieron con creces. Pero hablemos de los verdaderos protagonistas de esta historia.

Nacho Simón es un ingeniero agrónomo mexicano, un hombre entrañable y muy divertido. Al escucharle en seguida se hace evidente que Nacho lucha por algo más que por la conservación de la tierra y por la ecología. Nacho Simón también lucha por la supervivencia de los pueblos indígenas de Latinoamérica, por sus culturas, sus idiomas, y sus costumbres agrícolas. Y por evitar que un puñado de grandes empresas multinacionales se lucren vendiendo a los campesinos insumos agrícolas que no solo no necesitan, sino que además envenenan sus tierras y a sus gentes y cuestan un dinero que no tienen.

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Nacho Simón durante una de las clases teóricas en el salón de actos de la Residencia Los Robles, en Villasante.

Jairo Restrepo es también ingeniero agrónomo, en este caso procedente de Colombia y afincado en Brasil. Jairo resulta más difícil de describir que Nacho, por su naturaleza más rebelde y su talante claramente transgresor. A Jairo le gusta que la audiencia piense y se replantee las cosas, no le gusta dárselo todo masticado. Aunque hay una cosa que queda bien clara en seguida: su profunda crítica a la institución educativa por excelencia, la universidad. Jairo opina que la universidad no te permite pensar universalmente, sino que te lobotomiza. Como alguien que ha seguido durante años la ruta educativa convencional, creo que a Jairo no le falta razón, sobre todo cuando nos cuenta que a los ingenieros agrónomos se les enseña en la universidad a vender al campesino lo que la industria le quiera ofrecer. Vamos, que los convierte en poco más que comerciales de la industria agrícola. Nada que ver con la labor que Jairo y Nacho llevan a cabo en Latinoamérica, donde enseñan a los campesinos a producir en sus propias fincas, y con materias primas accesibles y baratas, los abonos, fertilizantes, inoculantes, tratamientos para semillas, e incluso análisis del suelo que se necesitan para obtener unos cultivos de calidad inmejorable.

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Jairo Restrepo contesta a las preguntas de los asistentes al Taller de de Agricultura Orgánica y Microbiología de Suelos.

Uno de los conceptos más chocantes sobre los que se habló largo y tendido durante el taller es que el negocio de la agricultura ecológica no es más que eso, un negocio. Para los que hemos decidido apostar por este tipo de agricultura a pesar de que sus productos cuestan más dinero y son más difíciles de conseguir, esta afirmación puede ser difícil de asimilar. Si ese es tu caso sigue leyendo y quizás cambies de opinión. El argumento de Nacho y Jairo es que la agricultura ecológica a gran escala, con sus certificaciones y sus insumos ecológicos, además de favorecer la corrupción, el control de las grandes empresas y las mafias locales, no ofrece una solución duradera al problema de la agricultura convencional basada en sustancias químicas. Solo es un parche. El motivo es que funciona en base al mismo paradigma que la agricultura convencional. En lugar de insecticidas utiliza bio-insecticidas, y en lugar de herbicidas, bio-herbicidas. Pero esas sustancias siguen teniendo el mismo objetivo que las utilizadas por la agricultura convencional, el de aniquilar insectos o plantas. En palabras de los profesores, es como preguntarle a alguien si quiere morir de una pedrada o de una cuchillada.

En la agricultura ecológica comercial a gran escala, tal y como tiende a ser aplicada en la actualidad, lo único que hacemos es cambiar la forma de matar. Pero la raíz del problema no está en cómo matamos a este bicho, o a esa planta. El problema está en que estamos utilizando un paradigma incorrecto. En el paradigma actual entendemos la vida como si fuera algo mecánico, y por lo tanto la dividimos en partes, ocupándonos de ellas por separado como si no estuvieran relacionadas. ¿Que este insecto se come mis cultivos? Pues me lo cargo. ¿Que esta hierba compite por los nutrientes que necesitan mis plantas? A por ella. (Eso no significa que no haya pequeños productores ecológicos haciendo todo lo posible por reducir la necesidad de utilizar pesticidas y herbicidas “ecológicos”, que los hay). Un ejemplo de esta mentalidad es la mal llamada maleza o mala hierba, rebautizada por Nacho y Jairo como “bueneza”. Estas insidiosas plantitas que llevan por la calle de la amargura a millones de agricultores, y “justifican” el uso de herbicidas altamente contaminantes, también cumplen importantes funciones en el ecosistema de cualquier explotación agrícola. Nos ayudan a mantener el suelo cubierto para que no pierda humedad ni materia orgánica y extraen con sus profundas raíces los minerales de las capas más inaccesibles del suelo. Y también sirven para identificar las características de los suelos donde crecen espontáneamente.

Aunque la agricultura ecológica empezó con las mejores intenciones y representa una clara mejoría respecto a la agricultura química, Jairo y Nacho nos proponen ir más allá. Si queremos cultivar tierras fértiles, sin plagas y sin “malas” hierbas que haya que destruir, debemos cambiar el paradigma. Debemos considerar que los ecosistemas funcionan como un todo. Y en el todo hay que incluir al suelo, con sus microorganismos, su materia orgánica, sus minerales, las raíces de las plantas, y a lo que está por encima: el agua, el clima, las hojas y tallos de las plantas, y los animales, incluyendo insectos, aves y demás criaturas (todas ellas cumplen una función en el todo). Cualquier problema que sufra un cultivo o un animal se debe a un desequilibrio nutricional, esa es la raíz del problema – y es ahí donde podemos intervenir aplicando un conocimiento científico de esas necesidades nutricionales óptimas y sus distintos remedios. Y no solo eso, sino que los productos de la agricultura, los alimentos, deberían estar al alcance de todos los bolsillos.

Por eso un aspecto importante del taller fueron las sesiones prácticas en las que aprendimos a elaborar nosotros mismos toda una serie de elementos que sirven para mejorar la fertilidad de nuestras tierras rápida y eficazmente, y sin apenas gastar dinero. Los ingredientes necesarios son “low-tech” y accesibles a todo el mundo: mierda de vaca (estos profesores no utilizan eufemismos cuando hablan), harina de rocas (roca en polvo), cenizas, harina de huesos, residuos de la producción de alimentos como la melaza y la cascarilla de arroz, levadura, agua, y en algunos casos, componentes más exóticos como microorganismos capturados en el bosque (¡resulta fascinante aprender a conocer la microbiología que nos rodea!). El objetivo, aportar a la tierra una dosis masiva de microorganismos y minerales que las plantas puedan utilizar para crecer con un sistema inmunitario fuerte y un vigor envidiable, minimizando a la vez los gastos de producción y por tanto el precio final del producto.

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Sesión práctica de preparación de abono tipo bocashi (izquierda) y biofertilizante fermentado (derecha).

Y es que, si tuviera que quedarme con uno solo de los conceptos que aprendimos en este curso, me quedaría con el siguiente: Que son los microorganismos del suelo los que, a través de sus funciones metabólicas, transforman los minerales en sustancias que las plantas pueden absorber. Es decir, que las bacterias hacen posible que las plantas que cultivamos sean nutritivas y a la vez resistentes a las plagas. Si seguimos empeñados en aportar solo tres minerales a nuestros cultivos (el famoso NPK) y en esterilizar nuestros suelos con sustancias químicas como el glifosato, que los transforman en un medio hostil a la vida microbiana beneficiosa, no es de extrañar que cada vez experimentemos más plagas, menores rendimientos, e inquietantes contaminaciones en los cultivos. Por el contrario, si les damos a las plantas lo que necesitan (suelo fértil, luz y agua), y trabajamos de acuerdo con su naturaleza, no con nuestra conveniencia, podremos conseguir rendimientos que harían palidecer a cualquier cultivo transgénico y a cualquier plantación industrial. El conocimiento necesario para conseguirlo existe y está a nuestra disposición, solo tenemos que atrevernos a salir de nuestra zona de confort.

Sé que todo esto es difícil de creer, y que va en contra de muchas ideas preconcebidas. Lo mejor que puedes hacer para averiguar si te estoy vendiendo la moto o si se trata de algo verídico e interesante, es participar en alguno de los eventos que organiza Agricultura Regenerativa Ibérica. Estos eventos van desde reuniones informales hasta cursos, talleres y charlas, y están ocurriendo por toda la península. En el peor de los casos, conocerás a un montón de gente maravillosa. En el mejor de los casos, puede que descubras un mundo nuevo donde es posible compaginar el beneficio económico agrario con la regeneración de la tierra, del campo y de la vida rural. ¿Te animas?

28 opiniones en “Mi experiencia en el Taller de Agricultura Orgánica y Microbiología de Suelos organizado por Agricultura Regenerativa”

  1. Un artículo certero, rotundo y clarísimo como el agua de manantial. Conozco lo justo sobre los sistemas de Jairo y Nacho por lo que puedo aprender en internet y haber asistido charla de Jairo este año. Creo y estoy totalmente de acuerdo en que el hecho de dedicarse a la agricultura ecológica no implica que no pueda ser un autentico hijo de puta o un ladrón de academia, como vemos en ciertas grandes bodegas de vinos que han descubierto un negocio «verde».
    Los europeos del «primer mundo» tenemos muchísimas cosas que aprender de los latinos del
    «tercer mundo» y no sólo de técnicas y manejo agrario, sino de filosofía, carácter y respeto a la tierra.
    Desde Bakio-Euskadi

    Gorka Lopategi

    1. Hola Gorka,
      Gracias por tu comentario y por tu aportación a lo que me gustaría que fuera un debate en el que todos pudiéramos expresar nuestra opinión y aprender unos de otros. Tienes razón, hay que tener mucho cuidado con lo que nos quieren vender como ecológico hoy en día. Es muy fácil comprar en base a una etiqueta y limpiarse la conciencia, algo que hacemos muy a menudo en nuestra sociedad.
      Yo solo veo una solución. Implicarse en la producción de los alimentos que consumimos, bien sea mediante la producción para autoconsumo o conociendo personalmente a tu productor.
      Saludos,
      Mónica.

  2. Hay tanto producto ecológico en el mercado que te da por preguntarte si realmente hay tanto animal y vegetal criado naturalmente, ecológicamente…… Sabes perfectamente que detrás de ese sello «eco» hay otro negocio que poco a poco va creciendo. Lo más fiable es lo que indicas: el autoconsumo. Pero en esta sociedad en la que nunca tenemos tiempo para nada… ¡imagina tener que cultivar tus propios productos! En todo caso opto por la segunda opción: conocer a tu productor, comprarlo directamente a él. Sin intermediarios, sin gente que se lucre……

  3. Además yo curro menos y no pierdo los nervios con las hierbas . Quito lo que me pilla a mano o me estorba especilamente. Dejo la tierra a su aire intentando siempre mejorar las características del suelo y nutrirlo, si se me permite el concepto. Salud.

    1. Hola Paracelso,
      Encantada de tenerte de vuelta por aquí, ya se te echaba de menos 😉
      Aquí todos los conceptos son bienvenidos.
      Creo que lo de las «buenezas» no hay que tomarlo al pie de la letra. Cuando algo te estorba, por supuesto, arráncalo (o al menos eso hago yo). Pero es importante mantener la perspectiva del todo, y no proponerse que el huerto tenga la «manicura» hecha todos los días. Además, cambiar malas hierbas por veneno no debería ser una opción. Poco a poco pretendo ir explorando también la parte práctica de cómo se lleva a cabo todo esto.
      Un saludo,
      Mónica.

      1. Estos sistemas no son del todo invisibles. Se aprecia su equilibrio en el color, el olor y en el vigor y salud de las plantas. Curiosamente apenas me acosan las plagas y mi mayor problema es la falta de humus en una buena parte del terreno de que dispongo. No obstante este año la zona que he cultivado es una verdadera selva , salvo por algunas solanáceas que puse en una zona no recuperada y sin «suelo» . Voy haciendo enmiendas muy despacio. Intento ponerte alguna foto. Entramos en una época del año gozosa aunque sea humilde la cosecha. Recuerdame, por favor el calendario de conferencias. Creo que alguna me pillaba cerca en estos meses. Salud

        1. Paracelso, en el mes de octubre vuelve Jairo Restrepo a la península para dar algunos cursos y charlas. En Murcia del 19 al 21 y en Extremadura del 26 al 29. También habrá una charla gratuita en Alicante, con fecha aún por confirmar.
          Ya más adelante, en abril, habrá cursos de manejo holístico con Kirk Gadzia y en verano con Darren Doherty.
          Podrás consultar los detalles en la web de Agricultura Regenerativa, en la Agenda (ahora todavía vacía):
          http://www.agriculturaregenerativa.es/agenda/
          Me encanta saber que tus plantas no tienen plagas. Y estoy segura de que se nota en el aspecto y en olor y sabor de la cosecha.
          Si quieres mandarme alguna foto puedes hacerlo en blogdisidente@gmail.com. La puedo colgar en facebook 😉
          Saludos.

          1. Lo que más me interesa es lo de Extremadura, por la proximidad. Estaré atento. Ahora te envío alguna foto. De todas maneras yo tb tengo cuenta en Facebbok. Busca Paco Haro Aparezco con una gallina. Ahí tb hay alguna foto de lo que he ido cosechando ya estos días. O en el blog. lahuertadelosrobles.wordpress.com. Salud.

            1. Hola Paracelso,
              A ver si hay suerte y puedes asistir. Si lo haces espero que nos lo cuentes.
              Como sabes, conozco tu blog y he por supuesto que he visto algunas de tus fotos. Pero si hay alguna en especial que quieras poner como ejemplo de la resistencia a las plagas de tus cultivos, no dudes en mandarmela y la pondré en el facebook, junto con un link a tu blog. Te parece?

              1. Es difícil porque creo que intervienen varios factores. Pero supongo que esa apreciación de la poca incidencia de las plagas podrá ilustrarse con alguna foto de conjunto o de detalle de alguna planta. Es una buena oportunidad para analizar esos factores, compartirlos en el blog y someterlo a la consideración de quien pueda saber más que yo. Vale, miraré en los archivos fotograficos o quizás pueda documentarlo con imágenes recientes. Ya te comento algo. Salud.

          2. Por cierto ¿qué es eso del «Tractor de pollos»? ¿Planos?
            y rectifica,si puedes, esa «V» peregrina de mi primer comentario, gracias y salud.

  4. Qué pena!! Quería haber ido ese día pero justo me pillo en exámenes!!Caguen!! Me habría venido de maravilla para mi huerta… bueno…otra vez sera!!

    Yo creo que la clave está en lo que tú dices Mónica, en involucrarse. Da igual que apoyemos el consumo local y le compremos las verduras a nuestro vecino sino tenemos una relación con él y con su huerta, solo de esta forma podemos ver lo que comemos, ecológicos o no, los agricultores son personas, más y menos integras.
    Y también ocurre por ejemplo en un mercado ecológico, por desgracia hay muy pocos, prácticamente ninguno cerca de mí, solo he tenido oportunidad de estar en uno muy pequeño, y lo que pensé en cuanto llegue es, ¿como puedo estar seguro sin conocer a estas personas y sin ver sus huertas/granjas de que me venden lo que busco?, uno de ellos me hablaba de que las cerezas se las compraba a un amigo del sur, ya no solo éramos el y yo, y no digo que estas buenas gentes me quisieran engañar, pero necesitamos una reconexión con los productores para entender y exigir buenos alimentos respetuosos con nosotros y con el medio ambiente.

    Y después esta el debate que plantas de bio-insecticidas si o no, yo entre dos agricultores ecológicos preferiría comprarle a uno que no los usa, no porque tenga miedo de ingerir productos tóxicos sino porque entiendo que aquel que no los usa entiende mejor su huerta, aunque a veces sea absolutamente necesario, pero la norma ideal es no usarlos. Aunque yo mismo los he usado y los uso, pero por eso mismo, por desconocimiento, por no saber hacerlo mejor, cosa que intento cada día.

    Un saludo!

      1. Bueno, intentare ir a alguna sin duda.
        Y por cierto lo de los pollos sigue en el acta, en cuanto lo tenga te paso alguna foto y te comento como ha salido el tema… 🙂

        Saludos!!

        1. Raul, qué bien que te estés animando a probar lo de los tractores de pollos. Yo misma estoy en ello también, intentando ayudar a un amigo a ponerlo en marcha. Tengo planos, los quieres?
          Un saludo,
          Mónica.

  5. Hola Mónica, qué suerte asistir a esos cursos. Yo solo pude asistir a la charla de Madrid. Gracias por la información sobre los próximos cursos, intentaré hacer un esfuerzo económico-temporal.
    En cuanto a las críticas a la agricultura ecológica, tampoco hay que caer en paranoias, los agricultores ecológicos intentamos poco a poco ir haciendo las cosas lo mejor posible. Ten en cuenta que la crítica de Nacho y Jairo viene de Sudamérica, donde la agricultura ecológica certificada se corresponde con grandes empresas dedicadas a la exportación y aquí en Europa la estructura del sector es diferente.
    Por cierto el enlace con la revista de manejo holístico tiene muy buena pinta, pero yo no controlo idiomas.
    Saludos. Quique Pastor

    1. Hola Quique,
      Gracias por tu comentario. Qué bien que pudieras asistir a la charla de Madrid.
      No pretendía ser excesivamente crítica con la agricultura ecológica. Opino que la labor de los pequeños productores ecológicos es loable, y eso he intentado transmitir en el escrito, quizás sin mucho éxito. Sin embargo, sí pienso que sin el componente de una relación directa entre el consumidor y el productor, el sello ecológico no significa nada necesariamente. Y que conste que yo siempre que puedo consumo productos ecológicos certificados.
      Efectivamente, tal y como mencionas, el tema en Latinoamérica es mucho más complejo. Jairo y Nacho nos dejaron muy claro que en este caso el sello ecológico significa poco o nada.
      Respecto a la revista de manejo holístico, ¿te refieres al que he puesto en facebook? Si, es una pena que solo esté en inglés. Yo no doy a basto a traducir todo lo que puedo, y seguiré haciendolo, poco a poco.
      Un saludo!
      Mónica.

    1. Jeje, Carlos, me he adelantado, ya había compartido tu entrada en facebook!!! 🙂
      Yo tampoco tengo ni repajolera idea, y aquí me tienes 😉
      No, en serio, me ha encantado tu post y tu pequeño huerto urbano. Seguro que vas a sacar toneladas de verduras de esos bancales que te has montado. Yo acabo de hacer una experiencia piloto enterrando un par de botellas de agua con cerveza entre mis repollos y ya he cazado 7 babosas en una sola noche… te recomiendo que lo pruebes si llegado un momento sientes que no puedes compartir tanto con ellas!
      Te recomiendo mucho que estés al tanto de todo lo que Agricultura Regenerativa está haciendo. Con un poco de suerte si aumenta el interés a lo mejor conseguimos traer a alguno de esos profesores a nuestra región.
      Saludos, y me alegra verte por aquí.
      Mónica.

      1. Estoy delante del ordenador como un loco buscando información!!!!
        Lo de los caracoles… conocía el método, pero, salvo plaga, los dejo tranquilos. Ya veremos!!!
        Uf. Si se hace algo por aquí… cuenta conmigo! Para organizar o lo que sea!!!

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